miércoles, 29 de agosto de 2007

Y me envenenan los besos que voy dando. Y sin embargo cuando duermo sin tí, contigo sueño. Y con todas sí duermes a mi lado. Y si te vas, me voy por los tejados como un gato sin dueño, perdido en el pañuelo de amargura que empaña sin mancharla tu hermosura.

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